Los nutricionistas pasamos el día leyendo noticias sobre las bondades de uno u otro alimento. La mayor parte de ellos acabamos obviándolos por ser repetitivos y a menudo por sobrevalorar los poderes de un solo alimento, cuando somos conscientes que la clave está en la alimentación global y la instauración de los hábitos.
Recientemente ha llegado a nuestras manos una revisión publicada en la revista médica Nutrición Hospitalaria que nos ha parecido muy interesante. Una revisión realizada por el departamento de nutrición y bromatología de la facultad de farmacia de la Universidad Complutense, dirigido por la catedrática Rosa Ortega, sobre sobre los beneficios nutricionales y sanitarios asociados al consumo del kiwi.
Estaréis de acuerdo que el kiwi, a pesar de ser originario de tierras lejanas, es ya una fruta de consumo habitual en nuestro país y es apreciada por muchas personas. Lo que a veces nos podemos preguntar los nutricionistas es si sus beneficios justifican su prescripción a nuestros pacientes.
Los resultados de la revisión sugieren que el consumo diario de kiwi puede ser una buena estrategia para la promover la salud y prevenir numerosas enfermedades. Veamos por qué.
El kiwi tiene una gran calidad nutricional por su densidad de nutrientes si la comparamos con otras frutas
El nutriente más destacable en su composición es la vitamina C, de hecho supera en cantidad a otras frutas habituales como la naranja o las fresas (de las cuales duplican o triplican su contenido). 100 g de la variedad verde cubre aproximadamente el 150% de las recomendaciones de vitamina C de un adulto de 20 a 40 años, y más del 260% en su variedad amarilla. Además en estudios en humanos se ha visto que la biodisponibilidad de la vitamina C del kiwi es similar a la de los suplementos.